
Cómo influye el cambio de horario en invierno en tu consumo
Con la llegada del otoño, muchas regiones del mundo se preparan para el cambio al horario de invierno. Esta medida, implementada en varios países, consiste en atrasar una hora los relojes con el objetivo de adecuar la jornada laboral a las horas de luz y así aprovechar la iluminación natural durante las horas de actividad diaria en los meses más oscuros del año. De esta manera, se intentaría reducir el consumo energético que supone un mayor uso de luz artificial a medida que los días se hacen más cortos.
¿CUÁNDO SE REALIZA EL CAMBIO DE HORARIO DE INVIERNO EN ESPAÑA?
El cambio al horario de invierno se realizará durante la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre de 2024, a las 3:00 de la madrugada, momento en el que los relojes se atrasarán una hora, volviendo a ser las 2:00. Esto permitirá disfrutar de una hora extra de sueño esa noche, pero también marcará el comienzo de tardes con menos horas de luz.
¿POR QUÉ EXISTE EL HORARIO DE INVIERNO?
El cambio de hora fue propuesto por primera vez para reducir el uso de iluminación artificial y aprovechar al máximo las horas de luz natural. Durante el invierno, los días son más cortos, y el retraso de una hora en los relojes permite que la luz del sol se utilice más durante las horas de actividad de la mañana. Este ajuste tiene como objetivo mejorar la eficiencia energética, ya que, en teoría, debería reducir la necesidad de utilizar electricidad para iluminar viviendas y oficinas.
EFECTOS DEL CAMBIO DE HORARIO EN EL CONSUMO
Como ya dijimos anteriormente, uno de los argumentos principales a favor del horario de invierno es la reducción del consumo energético, especialmente en iluminación. Un estudio realizado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) asegura que el ahorro en iluminación alcanza los 300 millones de euros de forma anual gracias al cambio de horario de invierno.
Estas cifras pueden apreciarse en las facturas de luz a nivel individual, pero especialmente a nivel grandes empresas. Al amanecer más temprano, muchas empresas no requieren tanta energía eléctrica desde primera hora de la mañana. Sin embargo, este es un tema que no deja de llamar al debate año tras año, ya que el hecho de anochecer más temprano y la disminución de actividades al aire libre debido al frío también influyen. Por esta razón, a continuación analizaremos algunos de los factores que afectan nuestro consumo, y cómo el horario de invierno puede impactar en las facturas, para bien y para mal.
1. Reducción en el consumo de iluminación
Uno de los argumentos más comunes a favor del horario de invierno es la posibilidad de ahorrar en el consumo de iluminación. Al amanecer más temprano, las horas de luz natural se extienden a la mañana, lo que puede reducir la necesidad de encender luces artificiales durante las primeras horas del día.
- Beneficios potenciales. En general, se estima que el horario de invierno puede llevar a una reducción del 5% en el consumo eléctrico en iluminación en el hogar y en las oficinas. Este ahorro es más notable en lugares donde la luz solar es limitada durante los meses de invierno.
- Limitaciones del ahorro. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que este ahorro puede verse contrarrestado por el uso incrementado de la iluminación al atardecer. A medida que las tardes se oscurecen más temprano, las personas tienden a encender las luces a una hora más temprana. Esto puede reducir significativamente los ahorros en iluminación que se obtienen por la mañana.
2. Aumento en el consumo de calefacción
Un aspecto menos discutido, pero igualmente importante, es el impacto del horario de invierno en el consumo de calefacción. Al atrasar los relojes, las temperaturas en muchas regiones comienzan a descender antes de lo que lo harían sin el cambio de horario, lo que afecta a la necesidad de calefacción en los hogares y oficinas.
- Demanda de calefacción. Con el cambio al horario de invierno, es probable que muchas personas enciendan la calefacción más temprano por la tarde, cuando comienza a oscurecer y las temperaturas caen. Además, la falta de ocio al aire libre en temporada de invierno hace que pasemos una mayor cantidad de tiempo en interiores. De esta forma, estudios han indicado que el consumo de calefacción puede aumentar entre un 10% y un 20% en los meses de invierno, dependiendo del clima y las características de la vivienda.
- Costos asociados. Este incremento en el uso de calefacción puede resultar en un aumento significativo en la factura de energía de los hogares. Para una familia promedio, esto podría traducirse en un aumento mensual notable en sus gastos de calefacción, compensando, y a veces superando, cualquier ahorro conseguido en iluminación.
3. Consumo de energía en grandes empresas
El impacto del horario de invierno también es relevante a nivel empresarial. Las grandes empresas, especialmente aquellas que operan en sectores intensivos en energía, pueden beneficiarse considerablemente de este cambio.
- Ahorro en la factura eléctrica. Al comenzar su jornada laboral con más luz natural, muchas empresas pueden reducir su consumo energético durante las primeras horas del día. Esto puede ser especialmente notable en industrias como la manufactura, donde la iluminación artificial puede ser un gasto significativo. Se estima que algunas empresas pueden ahorrar entre un 5% y un 15% en sus facturas de electricidad gracias a este cambio.
- Implementación de medidas de eficiencia. Además, muchas empresas están adoptando tecnologías de iluminación eficiente, como LEDs y sistemas de control de iluminación, que permiten maximizar los beneficios del horario de invierno. Estas medidas no solo contribuyen a reducir el consumo energético, sino que también fomentan prácticas sostenibles en el ámbito corporativo.
¿CÓMO PUEDES AHORRAR REALMENTE?
El impacto del horario de invierno en el consumo energético es multifacético y depende de una serie de factores, incluidos el clima, las costumbres locales y el tipo de edificio. Aunque el cambio de hora puede ofrecer algunos beneficios en términos de ahorro energético, especialmente en iluminación, el aumento del uso de calefacción y el comportamiento humano pueden limitar estos ahorros.
A medida que se avanza hacia un futuro más sostenible, es fundamental la adopción de hábitos diarios que garanticen la eficiencia energética, independientemente de la estación. Acciones como utilizar la iluminación artificial únicamente cuando sea necesaria o implementar sistemas de bajo consumo; así como regular la calefacción en temperaturas razonables (se recomienda mantener una temperatura entre 19 y 21 grados durante el día) pueden mostrar beneficios en tu próxima factura.
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