
Termostato de calefacción: qué es y cómo funciona
Durante el invierno, la calefacción resulta esencial para garantizar el confort y bienestar en el hogar. No obstante, su uso puede representar un gasto significativo en la factura de la luz, por lo que resulta clave optimizar su funcionamiento y evitar el desperdicio de energía. En este sentido, un termostato de calefacción es una excelente opción, ya que permite regular la temperatura con precisión y ajustarla según tus necesidades y horarios.
En este artículo, te explicaremos qué es un termostato, cómo funciona y de qué manera puede ayudarte a alcanzar la eficiencia energética.
¿QUÉ ES UN TERMOSTATO DE CALEFACCIÓN Y PARA QUÉ SIRVE?
Un termostato de calefacción es un dispositivo diseñado para medir la temperatura ambiente de una habitación o de una vivienda completa, y regular automáticamente el sistema de calefacción o refrigeración según la temperatura deseada. Esto evita que la calefacción funcione más tiempo del necesario o que se produzcan cambios bruscos de temperatura que afecten al confort térmico.
El termostato puede conectarse al sistema de calefacción mediante cables o de forma inalámbrica y, por lo general, se instala en una pared o superficie plana, preferiblemente en una zona central y alejada de fuentes de calor o frío externas. Su sensor detecta la temperatura ambiente y activa o desactiva el sistema cuando se alcanza el valor establecido previamente por el usuario.
El principal objetivo del termostato es mantener una temperatura constante y homogénea en el hogar, lo que mejora la comodidad y calidad de vida. Además, al optimizar el funcionamiento del sistema de calefacción, contribuye a reducir el consumo energético y a generar un ahorro en la factura de la luz, evitando el desperdicio de energía al calentar más de lo necesario o durante más tiempo del debido.
TIPOS DE TERMOSTATO
A continuación, exploraremos los distintos tipos de termostatos de calefacción disponibles en el mercado, analizando su funcionamiento y características, para que puedas elegir el que mejor se ajuste a tus necesidades.
Termostato analógico
Los termostatos analógicos son los más antiguos y sencillos del mercado, pero no por eso han caído han caído en desuso. Se caracterizan por contar con una rueda o botón giratorio para ajustar la temperatura de forma manual. A diferencia de modelos más modernos, no disponen de pantalla ni muestran la temperatura exacta (tienen un margen de error de 1 a 2 ºC), sino que se basan en una escala graduada con números o colores. Además, no permiten programar el encendido o apagado del sistema de calefacción, por lo que su uso es completamente manual.
Este tipo de termostato puede ser una opción válida si buscas un dispositivo económico y fácil de usar, si pasas poco tiempo en casa o si tu sistema de calefacción es antiguo o de baja potencia. Sin embargo, si deseas un mayor control sobre la temperatura y el consumo energético de tu hogar, te recomendamos optar por un modelo más avanzado y preciso.
Termostato digital
Hoy en día, los termostatos digitales se han convertido en los más utilizados debido a su practicidad y precisión. A diferencia de los modelos analógicos, incorporan una pantalla donde se puede visualizar tanto la temperatura actual como la configurada, permitiendo un ajuste más exacto y cómodo. Además, cuentan con la función de programación, lo que posibilita establecer horarios de encendido y apagado según la rutina diaria, optimizando así el consumo de energía.
Si buscas un dispositivo moderno y fácil de usar, este tipo de termostato es una gran alternativa, especialmente si pasas mucho tiempo en casa o si tu sistema de calefacción es potente y de alto consumo. Sin embargo, si prefieres un control más avanzado y la posibilidad de gestionar la temperatura a distancia, un termostato inteligente puede ser la mejor opción.
Cronotermostato (o termostato programable)
El cronotermostato es un tipo de termostato digital que permite programar horarios fijos o variables para el encendido y apagado de la calefacción, ajustando la temperatura en función de cada intervalo de tiempo. Gracias a esta función, no tendrás que preocuparte por si dejaste la calefacción encendida, ya que se apagará automáticamente cuando no la necesites. Además, puedes configurarlo para que se active antes de tu regreso a casa, asegurando un ambiente cálido y confortable al llegar.
Otra de sus ventajas es la zonificación, que permite establecer temperaturas distintas en diferentes áreas del hogar mediante la instalación de un termostato en cada zona. Esto no solo mejora el confort, sino que también optimiza el consumo energético, contribuyendo a un ahorro significativo en la factura de la luz.
Programar el tiempo de funcionamiento de la calefacción permite un mayor control del consumo energético. Gracias al termostato programable, el usuario sabe exactamente cuántas horas está en marcha el sistema, lo que facilita una gestión más eficiente y ayuda a evitar un gasto innecesario.
Termostato inalámbrico
Los termostatos inalámbricos son una variante de los digitales que destacan por su facilidad de instalación y movilidad, ya que no requieren cables ni estar fijados a una pared o superficie. Funcionan mediante ondas de radio o conexión Wi-Fi, lo que les permite comunicarse con el sistema de calefacción y colocarse en cualquier parte de la casa dentro de su rango de alcance. Gracias a esto, se evitan obras o perforaciones y es posible cambiar su ubicación según las necesidades.
Este tipo de termostato es ideal si buscas un dispositivo práctico y versátil, especialmente si tienes varias zonas en casa o prefieres evitar instalaciones complejas.
Termostato inteligente
Además del hecho de ser inalámbricos e incluir todos los beneficios de los mismos, los termostatos inteligentes poseen un sistema que les permite conectarse a Wi-Fi y ser controlados desde una aplicación móvil o un asistente virtual, como Alexa o Google Home. De esta forma, pueden configurarse sin la necesidad de estar en casa.
Estos termostatos no solo permiten programar el encendido y apagado de la calefacción, sino que también se adaptan a los hábitos y preferencias del usuario, aprendiendo de ellos para ajustar automáticamente la temperatura. Además, proporcionan información detallada sobre el consumo energético y ofrecen recomendaciones para optimizar la eficiencia y reducir el gasto en la factura eléctrica. Algunos modelos cuentan con un sistema de geolocalización o geofencing, que se conecta al dispositivo móvil del usuario. Esto permite que el termostato encienda o apague la calefacción según la distancia que se haya configurado, detectando la ubicación del usuario.
¿DÓNDE INSTALAR EL TERMOSTATO?
Como hemos visto, podemos encontrar dos tipos de termostatos: de pared o inalámbricos.
Los termostatos de pared se conectan a la caldera mediante cables que suelen quedar ocultos dentro de la pared, lo que implica una instalación fija. Si deseas cambiar su ubicación, sería necesario desplazar los cables a lo largo de la pared hasta el nuevo punto o utilizar canaletas para ocultarlos.
Por otro lado, los termostatos inalámbricos constan de dos componentes: el termostato en sí y un receptor. El receptor se instala cerca de la caldera y se conecta a ella, mientras que el termostato, también conocido como emisor, envía señales al receptor a través de radiofrecuencia, eliminando la necesidad de cables. Esto permite colocar el termostato en cualquier lugar de la casa sin restricciones.
A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones para elegir la ubicación ideal del termostato de calefacción. Recuerda que, además de estos consejos, es importante seguir las indicaciones que aparecen en el manual del fabricante de tu termostato.
- Coloca el termostato en una zona de la casa que tenga una carga térmica representativa, o en la habitación donde pases más tiempo, para que pueda medir con precisión la temperatura de todo el espacio.
- Evita instalarlo cerca de fuentes de calor o frío, como radiadores, estufas, neveras, o incluso luces potentes, ya que estos elementos pueden afectar su capacidad de detectar la temperatura real del ambiente. Asimismo, asegúrate de no ponerlo en lugares donde reciba luz solar directa durante largos períodos del día, ya que la exposición continua al sol puede hacer que el termostato registre temperaturas más altas de las que realmente existen en la habitación.
- La altura recomendada para instalarlo es entre 1,5 y 1,8 metros del suelo. Esto se debe a que es a esa altura donde se mide de forma más efectiva la temperatura promedio del espacio. Además, asegúrate de que no esté obstruido por muebles o elementos que puedan interferir con su funcionamiento.
- Si tienes un sistema de calefacción por zonas, considera colocar un termostato en cada área para obtener un control más preciso y personalizado de la temperatura.
¿CÓMO PROGRAMAR EL TERMOSTATO?
Como hemos visto en entradas anteriores, el termostato juega un papel muy importante para conseguir la eficiencia energética, pero es importante programarlo correctamente.
Aunque cada modelo de termostato tiene su propia interfaz, todos comparten funciones similares que, cuando se usan correctamente, permiten ahorrar en el consumo de calefacción.
Un aspecto clave a considerar es el tiempo en que no estarás en casa, ya que mantener la calefacción encendida durante esos momentos genera un desperdicio de energía. Además, encenderla al máximo al llegar no es la mejor opción para calentar rápidamente el hogar.
Lo más eficiente es programar el termostato para que apague la calefacción antes de que salgas, aprovechando el calor residual de los radiadores, que siguen emitiendo calor incluso después de apagarlos. También es recomendable activar la calefacción un poco antes de llegar a casa. De este modo, el sistema alcanza la temperatura deseada de forma gradual, evitando sobrecargar la calefacción.
Existen distintas temperaturas recomendadas para programar el termostato de la calefacción, ya que nuestras necesidades varían a lo largo del día. Algunas de las recomendaciones son las siguientes:
- Temperatura de confort: entre 20 °C y 21 °C
- Temperatura al dormir: entre 15 °C y 17 °C
- Temperatura para bebés: entre 22 °C y 24 °C
Es importante tener en cuenta que, por cada grado que aumentes la temperatura, el consumo energético puede incrementar hasta un 7%.
BENEFICIOS DE INSTALAR UN TERMOSTATO
La incorporación de un termostato en tu sistema de calefacción ofrece una serie de ventajas que van más allá de simplemente ajustar la temperatura.
- Mayor eficiencia energética. Al tener un control exacto sobre la temperatura, evitamos el desperdicio de energía, lo que se traduce en un ahorro significativo en la factura eléctrica.
- Mayor confort en el hogar. Un termostato asegura que la temperatura en tu hogar se mantenga constante y cómoda, creando un ambiente más acogedor y placentero.
- Contribución a la sostenibilidad. Al optimizar el consumo de energía, no solo ahorramos dinero, sino que también ayudamos a cuidar el medioambiente, reduciendo nuestra huella de carbono y promoviendo un estilo de vida más sostenible.
CONCLUSIÓN
Aunque el ahorro energético depende de muchos factores, cada día contamos con más herramientas para optimizar nuestro consumo, lo que nos permite tomar decisiones más conscientes y eficientes en el uso de la energía, contribuyendo tanto al ahorro económico como al cuidado del medioambiente.
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